Tipos de trader
Existen varias modalidades de ‘trading’ asociadas, entre otros factores, al tiempo en el que se mantienen abiertas las operaciones.
Day Trader: el inversor abre y cierra las operaciones dentro del mismo día de la negociación. Es una forma de invertir a corto plazo ya que no se suelen dejar operaciones abiertas para continuar al día siguiente.
Scalper: el inversor opera en periodos muy cortos, a lo largo del día, con operaciones que pueden durar segundos.
Swing Trader: las operaciones pueden dejarse abiertas al final de la jornada y suelen durar aproximadamente unos diez días.
Trader tendencial o direccional: no tienen un límite temporal y consiste en tomar posiciones en mercado a favor de la tendencia.
¿Qué hace falta para operar?
Para poder desarrollar la faceta de ‘trader’ es necesario pensar primero todo lo que se puede necesitar:
- Tener un ordenador personal: preferiblemente portátil y una conexión a internet.
- Contratar a un ‘broker’ que suministre la plataforma de ‘trading’: Dicha plataforma debe ofrecer como mínimo:
- Gráficos en tiempo real del comportamiento del producto con el que se va a operar.
- Posibilidad de contratar cotizaciones de tiempo real en los distintos mercados y valores en lo que se esté interesado.
- Debe ser una plataforma multimercado, es decir, que pueda acceder a distintos productos y mercados desde un mismo ‘broker’.
- Posibilidad de gestionar el riesgo de las posiciones a través de distintos tipos de órdenes.
- Lo más importante, asegurarse de que el ‘trader online’ cuente con acceso directo a los mercados.
Poseer una cantidad de dinero que no se vaya a necesitar para empezar a invertir: Hay que tener en cuenta que las operaciones conllevan una comisión y que además, dependiendo de la operación, el producto y el mercado en el que se quiera operar, el regulador del mismo puede exigir garantías al abrir una determinada posición en mercado.
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— Advertencia: invertir conlleva un alto grado de riesgo.